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El avance de la Vivienda Social 2.0

01/06/2015

  • DIVERSOS PROYECTOS públicos y universitarios se están llevando adelante para introducir criterios verdes en las viviendas de emergencia, especialmente pensando en las necesidades de las familias más vulnerables de zonas aisladas, que podrían beneficiarse de las condiciones de su entorno para generar condiciones de habitabilidad sustentables.

Fuente: La Segunda

El avance de la Vivienda Social 2.0

Diversos proyectos públicos y universitarios se están llevando adelante para introducir criterios “verdes” en las viviendas de emergencia, especialmente pensando en las necesidades de las familias más vulnerables de zonas aisladas, que podrían beneficiarse de las condiciones de su entorno para generar condiciones de habitabilidad sustentables. Por Marcelo Romero.

Las catástrofes naturales recientes que han azotado el norte y el sur debido a aluviones y erupciones volcánicas, como también los megasiniestros provocados por incendios en Valparaíso, han reavivado el debate en torno a las viviendas sociales, de modo de aprovechar estas trágicas instancias para sacar lecciones y avanzar hacia una habitabilidad más sustentable durante y luego de las situaciones de emergencia.

Basta recordar que solo en el desastre vivido en la Región de Atacama más de 11 mil personas resultaron damnificadas, para las cuales urge implementar soluciones transitorias y de largo plazo con mayor calidad.

Aunque ante la urgencia de recomponer sus viviendas las familias exigen rapidez en las soluciones, es en el proceso de reconstrucción donde es posible innovar, señalan los expertos, introduciendo nuevas tecnologías que permitan mejorar la calidad de vida de las personas en una vivienda digna y cada vez más sustentable.

VARIADAS INICIATIVAS
En septiembre del año pasado, un grupo transversal de diputados presentó una moción parlamentaria en trámite para incorporar un nuevo artículo 162 bis en el Decreto con Fuerza de Ley N° 458 sobre Urbanismo y Construcción, bajo la siguiente redacción: “Asimismo, en la construcción de viviendas sociales a cargo de la respectiva empresa constructora deberán incluirse mecanismos de eficiencia y ahorro energético en dichas obras, considerando especialmente sistemas solares de agua caliente sanitaria”.

En esta línea, desde 1996 el Ministerio de Vivienda y Urbanismo incorporó a su quehacer estudios relacionados con la eficiencia energética de lasviviendas, generando la reglamentación de aislación térmica que se empezó aplicar el año 2000. Así lo asegura Jocelyn Figueroa, jefa de la División Técnica de Estudio y Fomento Habitacional de esa cartera, quien precisa que posteriormente, a través de los programas habitacionales regulares del ministerio se fueron desarrollando distintas iniciativas ligadas a las viviendas sociales, nuevas y existentes. “Es así como desde el año 2014, los planes de reconstrucción de zonas afectadas por catástrofes han considerado iniciativas en esta línea”, afirma.

El Minvu está desarrollando, además, estudios y modificaciones en sus reglamentos para fomentar la implementación de proyectos que incorporen criterios de sustentabilidad. Dentro de las iniciativas en desarrollo, dirigidas a viviendas sociales, se pueden mencionar el mejoramiento del estándar de la normativa para la construcción de viviendas sociales y la elaboración del itemizado técnico para sistemas solares térmicos.

Asimismo, y teniendo como ejes la reducción del consumo energético y de los niveles de contaminación atmosférica a partir del mejoramiento de las condiciones de habitabilidad de las viviendas, el Minvu ha definido mayores estándares para la aplicación del subsidio de acondicionamiento térmico deviviendas existentes, sociales y de sectores medios Y en zonas declaradas saturadas por los Planes de Descontaminación Ambiental (PDA).

Figueroa destaca que este trabajo es rentable socialmente, ya que el mayor costo inicial que implica incorporar elementos sustentables será absorbido por los beneficios que en salud y bienestar proporcionará la vivienda a la familia. “Una casa bien aislada o con artefactos eficientes implicará menos gasto de combustible y, por lo tanto, más ahorro”, detalla.

Actualmente, los procesos de reconstrucción de Arica, Antofagasta y Valparaíso contemplan la entrega de subsidios adicionales para la incorporación de sistemas solares térmicos en viviendas nuevas para la producción de agua caliente sanitaria. En Atacama, Antofagasta y Calbuco los planes son también instalar sistemas solares fotovoltaicos, tanto para reparación como para reposición de viviendas. Incluso, la reconstrucción de la zona afectada por la erupción del volcán Calbuco considera la instalación de calefacción eficiente energéticamente y el acondicionamiento térmico de las viviendas.

Para avanzar en esta materia, por medio del Programa de Protección del Patrimonio Familiar, el ministerio ha entregado, además, subsidios para el acondicionamiento térmico de la envolvente de viviendas existentes, la instalación de sistemas solares térmicos en viviendas y fotovoltaicos en espacios comunes de la copropiedad, y está trabajando en acciones que apuntan a establecer un estándar para las intervenciones y programas enfocado en lasviviendas sociales, donde sobresale la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable, que actualizará y validará el Código de Construcción Sustentable de Viviendas.

Eficiencia ya no es un lujo
Otra entidad que ha estado trabajando en este tema es el Fosis, que junto al Ministerio de Desarrollo Social llevan adelante el Programa de Habitabilidad.

Ignacio Ossa, encargado regional de Asistencia Técnica para los programas de Habitabilidad, Autoconsumo y Energía del Fosis de la Región Metropolitana, comenta que no se puede obviar que el hacinamiento marca masivamente nuestra pobreza urbana, por lo que muchas veces soluciones como ventanas de techo son la única manera de ventilar e iluminar en construcciones que, dada la necesidad de expansión para albergar más gente, ya no tienen fachadas o posibilidad de ventanas en sus muros. “Por ende no es un lujo, es una necesidad imperiosa que subsana este implemento”, recalca.

Respecto de las posibilidades reales de implementar viviendas sociales con materiales y accesorios sustentables, Rodrigo Hernández, encargado nacional de los Programas de Habitabilidad del Fosis, sostiene que este tipo de proyectos son ideales para trabajarlos de manera integral con familias cuyo entorno es más aislado que lo que puede ser una vivienda social en comunas urbanas, donde estas últimas perseguirán conectarse a red de alcantarillado y eléctrica, en vez -por ejemplo- de reutilizar “aguas grises”, como las que se consumen en la ducha o en el lavadero.

Recientemente, el Fosis concretó un acuerdo con el Fondo Nacional de Habitabilidad Popular (FONAPO) de México para intercambiar buenas prácticas en materia de habitabilidad en viviendas vulnerables, donde entre otras innovaciones aztecas, sobresalen los “muros verdes” en casas de emergencia, ideales para mantener pequeños huertos.

100 kWh/m3 año es la demanda de una vivienda social de 38 m2 en Santiago.

DATO CLAVE: La envolvente de una vivienda es vital para el éxito de su sustentabilidad.