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Estudio revela que al Gran Santiago le quedan 1.151 ha de sitios eriazos para uso residencial

06/04/2015

  • Esa superficie corresponde al 49% de todos los paños eriazos -2.359 ha- de la capital y el resto tiene perfil industrial, son áreas verdes o pertenecen al fisco. Providencia es una de las comunas con menos suelo disponible, con apenas 2,9 ha.

Fuente: El Mercurio

Estudio revela que al Gran Santiago le quedan 1.151 ha de sitios eriazos para uso residencial

MARCO GUTIÉRREZ V.
Apenas 1.151 hectáreas de sitios eriazos quedan disponibles en el Gran Santiago para el desarrollo de proyectos inmobiliarios residenciales-mixtos (viviendas, comercio y oficinas). La superficie es menor, por ejemplo, al tamaño de comunas como Providencia o Ñuñoa.

La cifra se desprende se un estudio de Atisba Monitor, ligada a la oficina de urbanismo Atisba, que analizó 34 comunas del área más consolidada de la capital, detectando 2.400 terrenos eriazos que suman en total 2.359 hectáreas. Estos paños son diferentes a los que existen en las zonas de expansión residencial de la Región Metropolitana, que están en la periferia.

De las 2.359 ha, solo el 49% (1.151 ha) puede ser usado para proyectos residenciales-mixtos. El 26% (618 ha) tiene perfil exclusivamente industrial, 4% corresponde a áreas verdes y 21% es terreno fiscal que podría liberarse para fines inmobiliarios, indicó Caroline Iribarne, socia de Atisba.

Si bien la comuna con más sitios eriazos es La Pintana, con 367,8 ha, la que posee más terrenos para uso residencial-mixto es Puente Alto, con 156,5 ha. La siguen -también para vivienda, comercio y oficinas- Maipú (118 ha), San Bernardo (110,4 ha) y Huechuraba (90,1 ha).

Entre las comunas relevantes en materia inmobiliaria que menos suelo eriazo disponen para uso habitacional-mixto destaca Providencia, con apenas 2,9 ha. A Ñuñoa, en tanto, le quedan 8,5 ha, mientras que Vitacura muestra 16,7 hectáreas.

También en Santiago
Aunque Caroline Iribarne señaló que es difícil detectar a simple vista los sitios que quedan en la comuna de Santiago, ésta cuenta aún con 23,7 hectáreas eriazas para obras residenciales o comerciales. Un poco más de terrenos para los mismos fines exhiben Lo Barnechea y Las Condes, con 44,7 y 41,4 hectáreas, respectivamente.

En los terrenos detectados por el estudio de Atisba, podrían caber 386.635 habitantes, estimó la oficina de urbanismo. Iván Poduje, socio de Atisba, afirmó que los sitios eriazos totales que registra el Gran Santiago son muy pocos, considerando que el área construida es de 65 mil ha.

Caroline Iribarne comentó que el estudio demuestra que en el barrio alto y la zona centro se agotaron los terrenos, “porque ahí se ha concentrado la densificación”. Añadió que el stock de paños se desplazó a la periferia. Respecto del 21% de suelo en manos del fisco, Iribarne dijo: “Deberían ponerse a disposición para el desarrollo de proyectos de vivienda o urbanos”.

Inmobiliarios: suelo disponible se agotaría en cuatro años

La escasez de terrenos ha sido uno de los argumentos del sector inmobiliario para explicar el sostenido incremento de los precios de las viviendas en los últimos años. La incidencia del suelo puede representar hasta el 35% del valor de una vivienda, observándose los mayores impactos en el sector oriente, según estimaciones de empresas del rubro.

Consultado por los resultados del estudio de Atisba, el director ejecutivo de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios (ADI), Vicente Domínguez, sostuvo que la cantidad de sitios eriazos que quedan en la capital es “bastante baja y cuando queda un horizonte muy estrecho, los precios empiezan a subir”. Comentó que se trata de “unas 1.150 hectáreas para uso residencial-mixto en el Gran Santiago, donde se consumen cerca de 300 a 400 hectáreas anuales en proyectos inmobiliarios en el área consolidada”. Con ese antecedente, añadió, dicho volumen de suelo se agotaría en unos cuatro años. Sin embargo, Domínguez explicó que los desarrolladores inmobiliarios cuando construyen edificios, generalmente conforman paños donde antes había casas que son demolidas para este efecto.

El presidente del Comité Inmobiliario de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Cristián Armas, coincidió en que los terrenos disponibles son escasos. “Pero más que tierra, el problema es que hay pésima densidad en general, dado que los municipios prácticamente prohíben densificar y construir en altura”.