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El cobre como revestimiento: diseño, durabilidad y armonía

11/06/2013

  • Si bien requiere una inversión inicial más alta que otros materiales, su costo se amortiza por su durabilidad y mínima mantención.  

Fuente: El Mercurio

Edificio Andrónico Luksic Abaroa, que alberga al museo y al departamento de Minería UC.

Santiago, Chile. 10 junio, 2013. “Zapallar está lleno de casas blancas”, dice el arquitecto Enrique Browne. El premio Nacional de Arquitectura 2010 explica que ese fue uno de los motivos por los cuales eligió el cobre como material de revestimiento para la llamada “Casa Zapallar”, una construcción que realizó en 1998 y que resalta por sus colores y diseño respecto de las viviendas vecinas.

Casi 15 años después, Browne volvió a usar el mismo material para la construcción del Edificio Andrónico Luksic Abaroa, que alberga al museo y al departamento de Minería UC. Pero, ¿cuáles son las ventajas de usar este material?

“Tiene que estar relacionado con la obra”, dice Browne, “aunque es un material que puede durar 50 años, con muy poca mantención”.

Otros arquitectos también han elegido al metal rojo para algunas de sus obras más destacadas, como Smiljan Radic, Cecilia Puga y Eduardo Castillo. En general, el cobre se usa en arquitectura más contemporánea, en diseños de autor, pero también en edificaciones de connotación histórica, gracias a la durabilidad y particular belleza del metal.

Uno de los proyectos nuevos más emblemáticos es el Teatro del Lago y cuyo techo enchapado en cobre fue financiado, en parte, por la International Copper Association Chile (ICA). Aquí las maderas, la vegetación y el carácter chileno del edificio justifican el uso de este revestimiento. Pero también su durabilidad ante las inclemencias del clima austral.

Su costo, eso sí, es un poco más alto que otros revestimientos, pero el gasto “se amortiza con creces en largo plazo, pues tendrá una mayor durabilidad”, explica Marcos Sepúlveda, de ICA.

Pero uno de los más conocidos es el techo de la Estación Mapocho, una obra de Emilio Jecquier y que en 1991 fue remodelada por un grupo de arquitectos nacionales para convertirse en Centro Cultural. Aquí, Codelco fabricó láminas de cobre especiales para la iniciativa.

Hoy la estatal es la única empresa que las vende en el país.