Crystal Lagoons ingresa a Colombia con laguna de 10 hectáreas en proyecto inmobiliario

• La obra donde participará la firma chilena pretende convertirse en la mayor iniciativa de segunda vivienda del país cafetero. La compañía ya tiene presencia en cerca de 50 países.

Fuente: El Mercurio

Santiago, Chile. 27 agosto, 2012. Las playas colombianas están entre las más atractivas de Sudamérica. Pero ahora tendrán que competir en su propio territorio con las que desarrollará la empresa chilena ícono en materia de innovación, Crystal Lagoons, del empresario Fernando Fischmann, creador de San Alfonso del Mar en Algarrobo.

La firma, conocida por su concepto de lagunas artificiales de aguas cristalinas, concretará su primer proyecto en Colombia, precisamente en Cartagena de Indias. Así ampliará su consolidación internacional que sólo en los últimos tres años se ha reflejado en unos 200 proyectos en el mundo -en diferentes etapas de desarrollo-, logrando asociaciones con importantes inmobiliarias con presencia en 50 países de los cinco continentes.

El debut de Crystal Lagoons en tierras cafeteras será a través de una laguna de 10 hectáreas, una de las más grandes de su cartera, aunque es superada por la de 12 hectáreas que posee en el balneario de Sharm El Sheikh, Egipto.

La laguna de Cartagena de Indias está ligada a un megaproyecto turístico de lujo que es impulsado por los empresarios colombianos Darío Gallo y Daniel Roldán, quienes cuentan con más de 20 años de experiencia en el mercado inmobiliario de ese país, con desarrollos en Bogotá. A la vez, tienen participación en actividades mineras.

Cómo es el proyecto

El proyecto “Rancho Grande” pretende convertirse en el mayor desarrollo de segunda vivienda de Colombia. Se levantará en un terreno de 1.400 hectáreas, pero en la primera fase ocupará un área de 200 hectáreas.

Contempla 1.400 departamentos, 2.350 unidades en condominios y parcelas, entre otros tipos de viviendas. Habrá un hotel de cinco estrellas con 500 habitaciones, un campo de golf de 18 hoyos, áreas verdes, zonas de comercio y deportivas.

La inversión en urbanización bordea los US$ 80 millones en una primera fase. Según expertos inmobiliarios, este proyecto superaría los US$ 1.000 millones en inversiones.

Las obras de la iniciativa y de la laguna partirían en corto plazo indican sus desarrolladores.

Daniel Roldán explicó que si bien la zona cuenta con playas naturales, “éstas son bienes públicos a los cuales puede acceder cualquier persona”. Añadió que “el concepto de vivir en una edificación contigua a un ‘mar interior’ de agua cristalina de propiedad privada, ofrece a los habitantes del proyecto las condiciones de privacidad y libertad deseadas”.

A la vez, en la zona, el borde costero enfrenta problemas por el caudal barroso del río Magdalena.

El director comercial de Crystal Lagoons, Felipe Pascual, explicó que los primeros contactos con los socios de “Rancho Grande” los tuvieron a través de la oficina de arquitectura OBMI Internacional, responsable del master plan de la iniciativa. Gallo y Roldán viajaron a Chile a conocer algunas de las lagunas artificiales de Fischmann.

Pascual señaló que en Colombia están estudiando una decena de proyectos en ciudades como Bogotá, Cali, Medellín, entre otros. Estos estarán ligados a obras inmobiliarias, pero también a usos industriales como enfriamiento del agua de centrales térmicas.

“Colombia se va a convertir en uno de los principales mercados junto a Brasil”, sostuvo.

De aguas turbias a emblema de la innovación

Cuando Fernando Fischmann construyó la laguna de San Alfonso del Mar, al poco tiempo el agua se puso turbia. Pero después de algunos años de investigación dio con la tecnología que hoy lo tiene presente en 50 países, como Brasil, Argentina, Perú, Paraguay, Francia, Estados Unidos, Egipto, Jordania, Emiratos Árabes, Indonesia, entre otros.

Si bien actualmente tiene 200 proyectos en desarrollo, un estudio del Boston Consulting Group señaló que en un plazo de 15 años habrá 12.000 iniciativas con lagunas en todo el mundo, lo que revela el potencial de esta compañía. Esa misma entidad, en 2009, valorizó a Crystal Lagoons en US$ 1.800 millones. Hoy sería más del doble, según expertos.

Para consolidar su presencia mundial, la compañía potenció recientemente su equipo gerencial con la incorporación, como CEO, de Kevin P. Morgan, MBA de la Universidad de Chicago. Éste fue durante cinco años Deputy CEO y director de la desarrolladora inmobiliaria y administradora de fondos de capital privados John Buck International.

Morgan se hará cargo de las operaciones a nivel global, ampliando la presencia de la firma en el mercado asiático, europeo, Medio Oriente y Estados Unidos, donde Crystal Lagoons instaló su oficina el año pasado para abordar obras inmobiliarias e industriales.

El modelo de negocios de la compañía opera con la franquicia de la tecnología y know how asociado. Luego captura una parte del valor que ésta genera en los proyectos inmobiliarios, por medio de un porcentaje en el total de las ventas o un paquete accionario.

La operación de las lagunas es seguida por telemetría.

Cifras

8 ha es la superficie que ocupa la laguna de San Alfonso del Mar, que hace algunos años obtuvo el récord Guinness por ser la piscina con agua cristalina más grande del mundo.

15 lagunas cristalinas tiene hoy en marcha la empresa en la Región Metropolitana, pero la intención es pasar a más de 25 en los próximos dos años.

US$ 100.000 millones suman las inversiones inmobiliarias en el mundo donde Crystal Lagoons está presente con sus lagunas. A la vez, ha patentado esta tecnología en casi 160 países.