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Remodelarán el salón más oculto del búnker de La Moneda

08/08/2012

  • En octubre comenzarán los trabajos en el único salón que permanece intacto bajo la Plaza de la Constitución, construido por Pinochet en 1982. Ahí se hacían reuniones secretas del gobierno militar y ahora será una sala multiuso.

Fuente: La Tercera

Santiago, Chile. 8 agosto, 2012. No suena tanto como el salón Montt-Varas, donde se promulgan las leyes y juran los gabinetes. Tampoco es tan conocido como el Azul, donde el Presidente de la República hace sus reuniones privadas. O el Independencia, que tiene los famosos balcones. El salón Prieto fue conocido, pero más durante la época del gobierno militar.

Parte del búnker -como se conoce al espacio que Augusto Pinochet mandó a construir a principios de los 80, debajo de la Plaza de la Constitución, para hacer sus actividades más secretas-, esta sala, ubicada en la zona surponiente del subterráneo, permanece intacta desde hace 30 años, con la misma alfombra, las mismas butacas y la misma testera. Sin embargo, a partir de octubre comenzará su primera mantención, para así sacarlo, de alguna manera, del anonimato y darle un uso práctico.

Según documentan las crónicas de la época, ahí Pinochet discutió con los miembros de la Junta de Gobierno, analizó los alcances de la mediación papal por el conflicto con Argentina con sus ministros y asesores y estudió los resultados del Plebiscito de 1988. “Recuerdo la vez que expuso el jefe de la delegación chilena, Ernesto Videla, sobre la propuesta del cardenal Samoré para solucionar el conflicto Chile-Argentina frente al gobierno. Fue una jornada larga y sucedió en el salón Prieto”, cuenta el diputado Alberto Cardemil, ex subsecretario del Interior entre 1984 y 1988.

La autoridad se acuerda que, por su construcción sólida e inescrutable, ahí se trataban los temas de Estado que requerían mayor hermetismo. “Era cómodo y amplio, y contaba con sistemas de comunicaciones y audiovisuales muy avanzados para los años 80”, dice.

Son varios relatos más los que se cuentan. Alfonso Márquez de la Plata, ministro de varias carteras entre 1977 y 1988, asegura que ese recinto estaba al mismo nivel del resto de las salas de La Moneda. “Pero las decisiones importantes se tomaban en las oficinas que estaban en la superficie. ‘El Prieto’, por su capacidad, se usaba para cuando exponían personas externas al gobierno”, afirma.

Y si bien el ex ministro no sabe si Pinochet ocupaba el recinto como cine en sus ratos de ocio -“se dicen tantas cosas y copuchas”, señala-, hay trabajadores del lugar que así lo aseveran. “Lo he leído y sí ocurrió, pero en pocas ocasiones. Las puedo contar con los dedos de las manos. No tengo idea qué películas veía, pero sé que lo hacía”, cuenta un funcionario de La Moneda que lleva más de 25 años trabajando debajo de la Plaza de la Constitución.

La misma persona agrega que durante el régimen militar, “este salón servía más que nada para reuniones con intendentes, alcaldes y miembros de las Fuerzas Armadas. Era el único lugar del Palacio con capacidad para recibir a tanta gente”.

Algo que confirma Cardemil: “Allí abajo había oficinas del presidente Pinochet y del resto de los comandantes en jefe de las FF.AA. Era una especie de puesto de mando, con excelentes comunicaciones. Algo que se echó de menos, por ejemplo, en el terremoto del 27/F”.

Al lado del salón Prieto existía una habitación con puertas de acero, kitchenette y baño, para descanso y protección del ex general Pinochet. “Estaba siempre disponible en caso de amenaza, pero nunca se usó”, aclaran funcionarios que conocieron esa habitación.

Pese a que varias dependencias del búnker fueron transformadas en oficinas para los 250 trabajadores del área administrativa de La Moneda, el salón Prieto permanece intacto. Quizás lo único que también sigue casi igual es el túnel que conecta el sector nororiente del subterráneo con el piso -1 del Palacio.

Verde y beige. Esos son los colores que este salón auditorio, de 190 m2 y con capacidad para 150 personas, tomó en 1982 cuando fue construido. Aún no se define si se mantendrán o cambiarán a partir de octubre, pero serán “siempre sobrios y formales”, acota Aldo Sabat, director administrativo de la Presidencia de la República.

Sus muros, como los del resto de los espacios del búnker, son de hormigón y superan los 40 ó 50 centímetros de espesor, especificación dispuesta en los 80 para mayor seguridad ante terremotos o ataques armados.

Aunque fue ocupado un par de veces por los presidentes de la Concertación para asambleas de coordinación con el gobierno, todavía conserva el podio y la bandera chilena que acompañaron las reuniones de Augusto Pinochet y sus colaboradores. No fue algo relevante de cambiar para las autoridades democráticas cuando se reunían ni cuando la ex Presidenta Bachelet vio, en 2006, el documental La hija del general, de María Elena Wood, junto a sus cercanos.

La ex diputada (1994-1998) y ex ministra de Educación (2000-2003) Mariana Aylwin estuvo ahí una vez, en una reunión de dirigentes de la coalición de gobierno, durante el período de Ricardo Lagos. “Era un espacio grande, pero poco grato, lúgubre. De hecho, en el gobierno de mi padre no se usaba”, sentencia.

La actual administración, en cambio, decidió aprovecharlo. “Queremos mejorar el estándar que tiene, porque le estamos dando un uso intensivo para capacitaciones, seminarios, ceremonias y una serie de actividades para las que antes teníamos que arrendar un lugar”, explica Aldo Sabat.

Los trabajos consistirán en una remodelación de alfombras y tapices de las butacas, la pintura del cielo y modernización de sistemas de audio y video para dejarlo operativo, según cálculos del MOP, en diciembre.

“Más allá de la historia, el salón Prieto es un espléndido espacio multipropósito. Debemos ahorrar usando todos los recursos con que contamos”, finaliza Sabat.