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Jefe de la política habitacional de Vivienda: “En Bajos de Mena he visto casas con rejas dentro de las casas”

29/06/2012

  • Francisco Irarrázaval dice que “las familias viven allí atrapadas”. La solución, anuncia, será trasladar paulatinamente una parte de ellas a mejores viviendas y barrios bien equipados.

Fuente: La Segunda

Santiago, Chile. 29 junio, 2012. Se ganó la triste fama de ser el gueto de pobreza más grande de Chile. Son 49 villas, con 18.000 departamentos en blocks donde viven cerca de 120.000 personas.

Se trata del sector Bajos de Mena (en Puente Alto), el punto urbano de Santiago más lejano del centro de la capital, y que se ha convertido en una de las prioridades en la política habitacional del gobierno debido a que no cuenta con farmacias, tiendas, sucursales bancarias, plazas, cuartel policial ni de Bomberos.

De hecho, el lugar aumentó su desgracia en los últimos días luego de que el 6 de junio una madre con sus dos hijos murieron en el incendio de su casa porque las rejas que la protegían de la delincuencia no le permitieron salir a tiempo. Los vecinos de Bajos de Mena, esa misma madrugada, salieron a protestar por la baja calidad de vida.

En medio de este escenario, el jefe de la División de Política Habitacional del Ministerio de Vivienda de Urbanismo (Minvu), Francisco Irarrázaval —quien en 2000 fue director de “Un Techo para Chile”—, reveló los planes a futuro que perseguirá el gobierno en este sector, que contemplan entre otras cosas trasladar paulatinamente a una importante cantidad de familias a mejores viviendas en barrios bien equipados, por ejemplo usando el subsidio de localización.

Rejas dentro de la casa

“En ese lugar la vida es completamente difícil. Son familias que tienen una reja en la calle, una reja en la entrada del block, una reja en la entrada de la escalera, una reja en la entrada del departamento y hasta he visto casos con rejas dentro de la casa”, cuenta Irarrázaval.

Se confiesa impactado: “Tienen rejas en las habitaciones, para defenderse, porque muchas veces la madre debe defenderse del hijo. Son familias que están a cinco rejas de distancia del espacio público y viven encerradas por miedo”.

Además, dice, “son familias que cuando sus hijos cumplen 10 u 11 años saben que los van a perder en manos de los delincuentes. Son realidades sumamente duras y creo que muchas de esas familias deben salir de ahí para tener una mejor vida. Están atrapados porque tienen una única propiedad, que vale muy poco y no les da para comprar otra vivienda. Tampoco pueden postular a un crédito de subsidio, porque ya tuvieron uno. Así, están obligados a vivir hacia dentro, con muy poco concepto de lo colectivo, sin vida de barrio”.

Y admite que en el caso de la madre que murió en el incendio “la misma reja que estaba para protegerla de los delincuentes terminó siendo su sepulturera, porque no le permitió salir. Y entiendo que los bomberos tardaron 20 minutos en llegar porque están realmente lejos, no hay calles”.

¿Cuál es el plan para mejorar esta situación?

Lo primero es la conectividad, porque hay calles que faltan. Falta terminar Santa Rosa, falta Chiloé y falta Sargento Menadier, que conectará este sector con el centro de Puente Alto. Después debemos llevar hasta allá los servicios y creemos que el elemento gatillante para ello es tener una comisaría. Alrededor de ella se podrían instalar supermercados o farmacias. Y ya se trabaja en la primera etapa de parque de 10 cuadras por 10 cuadras de tamaño.

¿Y las casas?

Hoy tenemos 18.000 departamentos de muy baja calidad, así que estamos trabajando en trasladar familias para ganar más espacio.
¿Bajar la densidad?

Cualquier intervención en un block supone sacar gente, porque hay mucho hacinamiento y densidad.

¿Cuánta gente debiera salir?

En nuestra experiencia en reconstrucción habría que trasladar una de cada tres personas para lograr densidades deseables y dar espacios para equipamiento urbano. Pero eso tardará muchísimos años.

Los desafíos en vivienda

El jefe de la División de Política Habitacional del Minvu dice que en esa cartera están trabajando en la política nacional de vivienda en base a tres decretos. “El primero afecta a las familias vulnerables (se acaba de lanzar el 23 de abril y ya lo estamos implementando) y permite que las familias puedan postular a un subsidio sin tener una Entidad de Gestión Inmobiliaria (Egis) específica”, dice.

El segundo es de apoyo a la clase media para obtener su vivienda. Y el tercero es un decreto para este mismo grupo (emergente y baja) para mejorarla cuando se pueda. Ese último programa debiera tener un capítulo especial para hacer inversiones en el barrio. Entonces, si un grupo de vecinos se pone de acuerdo y quieren tener una máquina para hacer ejercicios en la plaza, podrá postular colectivamente para tener mobiliario urbano. Es un programa que estamos mejorando, y así como va creo que en 5 a 10 años podría ser la actividad más grande que haga este ministerio.