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Pleno empleo frena la construcción: obras se atrasan y suben sueldos

23/05/2012

  • El segmento más complicado es el de los proyectos inmobiliarios en obra gruesa, ya que casi no hay enfierradores, carpinteros metálicos ni jornaleros. Muchas entregas de viviendas se retrasan entre dos y tres meses.

Fuente: El Mercurio

Santiago, Chile. 22 mayo, 2012. Mayores sueldos, beneficios sociales y movilización gratis son algunas de las tácticas a las que están recurriendo las constructoras para retener y/o contratar personal para sus faenas, una tarea titánica hoy en día, debido al pleno empleo en el sector. Incluso algunas firmas han llegado al extremo de pararse frente a las obras de su competencia y ofrecer con megáfono en mano “atractivos” sueldos para levantar a los obreros. Todo sea por contar con algún enfierrador, carpintero metálico o jornalero.

Actualmente, la construcción registra una tasa histórica de empleo con 608.000 trabajadores, situación que si bien es positiva para el país, a nivel sectorial está causando estragos. La escasez está generando alzas en los costos de los proyectos en obra gruesa y atrasos de dos a tres meses en la entrega de los proyectos inmobiliarios.

¿El culpable? la misma actividad, aunque también influye el auge minero. “El problema no radica sólo en la minería, es parte, pero no lo único. El causante, en mi opinión, es que estamos creciendo a full capacidad porque el consumo está muy fuerte en los bienes durables. Así como en 2010 el gasto se centró en celulares, televisores y plasmas, en 2011 se pasó a autos y computadores y en 2012 a la compra de viviendas”, dijo Cristián Armas, presidente del Comité Inmobiliario de la Cámara Chilena de la Construcción.

Hoy la tasa de empleo es inédita y supera en 8.000 empleos la capacidad histórica del sector, que es de 600.000 trabajadores, es decir, la construcción por sí sola está pidiendo más gente de la que existe en el mercado.

El mayor problema está en la obra gruesa, porque el inicio de proyectos residenciales empezó masivamente el año pasado y coincidió en 2012 con la partida de las inversiones mineras. “Todos están peleándose la misma mano de obra y por eso prácticamente no hay jornaleros, enfierradores ni carpinteros metálicos”, dice José Molina, gerente general de Molina Morel.

Pero también falta en terminaciones, ya que tampoco hay tabiqueros ni ceramiqueros.

Mayores sueldos

En promedio, los sueldos se han encarecido un 20% en el último año por la falta de mano de obra, indica Armas. La industria coincide en que el sueldo promedio actual para un jornalero fluctúa entre $400.000 y $450.000, una cifra récord. En el caso de un enfierrador las remuneraciones han subido cerca de 50% en un año, de $400.000 a $600.000 y más, sostiene Armas.

Juan Ignacio Silva, presidente de Desco y ex presidente de la CChC, señala que en los últimos 12 meses a la empresa le ha subido la mano de obra en términos nominales en 22% para la Región Metropolitana. Agrega que la remuneración líquida mensual de un maestro en Santiago está en promedio en $567.000 y la de un jornalero en $395.000.

Enrique Quevedo, gerente general de Almagro del grupo Socovesa, advierte que por este factor los costos directos de construcción han aumentado un 5%, similar al cálculo de Manquehue, que fluctúa de 4% a 6%.

En la mayoría de los casos, esta alza es absorbida por las mismas firmas, aunque cuando pueden la tranfieren a precio final.

De hecho, los nuevos proyectos habitacionales están saliendo con precios de venta más altos, en torno a un 3%.

Atrasos

Las zonas más complicadas son las más alejadas de Santiago, ya que para acceder a sus destinos laborales los trabajadores deben recorrer grandes distancias. Entre estas zonas figuranLa Dehesa, San Carlos de Apoquindo y Chicureo.

Entonces, dice José Molina, cuando les sale algo más cerca, como La Florida o el centro, dejan botada la obra y se van con el nuevo empleador. A ellos les ha costado mucho encontrar trabajadores para un proyecto en San Carlos de Apoquindo, pese a los buses de acercamiento.

Enrique Quevedo también destaca como problemáticas las zonas más alejadas del metro. En el caso de ellos, asimismo han tenido que financiar el transporte de los trabajadores o contratar buses especiales.

“Las personas prefieren trabajar más cerca de sus casas, por lo mismo, la mano de obra calificada es más escasa en sectores alejados”, dice Francisco Díaz-Valdés, gerente general de Constructora Manquehue.

Debido a esto, Fernando Echeverría, socio de Echeverría Izquierdo, advierte que muchas obras están sufriendo atrasos importantes en la entrega de sus viviendas, entre dos a tres meses. Esto conlleva, a su vez, otro problema para las inmobiliarias, ya que algunas establecen multas por cada día de atraso.

“El hecho de no contar con la dotación de mano de obra necesaria implica aumentos de plazos. Una obra que anteriormente se demoraba 13 a 14 meses hoy está entre 16 y 17 meses”, señala Díaz-Valdés.

Soluciones: más mujeres y trabajadores extranjeros

Los empresarios de la construcción coinciden en que este problema debe ser resuelto a la brevedad, pues la situación es insostenible y, de perdurar, afectaría el inicio de nuevas obras. De hecho, la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, se reunió hace unos días con la gente de la Cámara de la Construcción para abordar este tema. Ahí les planteó algunas soluciones para el corto plazo, como agilizar la inmigración de países vecinos. Esto a través de un modelo que usó Australia y que consiste en que las empresas se agrupen y viajen con contratos listos, lo que agilizaría la entrada de extranjeros al país.

Otra alternativa que Cristián Armas plantea es fomentar la capacitación e incorporación de la mujer, sobre todo en obra gruesa, donde su presencia es casi nula. A largo plazo, dice, que hay que “subirle el estatus” a la construcción, para atraer sobre todo a los jóvenes. ¿Cómo? Con beneficios sociales.

Sí, hay vacantes

Hoy, no es sorpresa ver en algunas obras carteles ofreciendo trabajo y con el sueldo incluido. Algo inédito en el rubro dice Fernando Echeverría, socio de Echeverría Izquierdo y ex presidente de la Cámara Chilena de la Construcción, y agrega que la principal herramienta para atraer trabajadores es el sueldo, pero ahora no es lo único ni suficiente.

Las empresas han tenido que usar su imaginación e implementar beneficios para retener a sus trabajadores, como por ejemplo contrato indefinido para los trabajadores calificados, traslados con buses de acercamiento, bonos de término de contrato según la permanencia y condicionado al cumplimiento del plazo del contrato.

En el corto plazo y para las especialidades de más fácil formación, las empresas están ofreciendo cursos de capacitación, indica Juan Ignacio Silva, como también de inducción agrega Francisco Díaz-Valdés, de Constructora Manquehue.

Y paciencia destaca José Molina. El empresario explica que hoy las empresas están casi obligadas a ser más condescendientes con los errores de sus empleados. Por ejemplo, antes cuando un obrero llegaba tarde a la obra no se lo dejaba entrar y algunos incluso lo echaban, pero ahora hay que hacer la “vista gorda” y dejarlos pasar.